Crítica de la Semana de Música Religiosa: The Royal Wind Music y el crítico despistado

theroyalwindmusicManuel Millán de las Heras

Somos muchos los que seguimos desde hace años la trayectoria de esta excepcional agrupación de música renacentista. Un “consort” ampliado hasta trece miembros y que presenta una puesta en escena seductora, con flautas que varían entre los quince centímetros y los tres metros de longitud. Los que hemos tenido la suerte de nacer en Cuenca sumamos un atractivo más: una de sus componentes y actual directora artística es María Martínez Ayerza, músico a la que admiro desde que era una niña, de talento y sensibilidad pocas veces vistas.

Como pueden deducir del primer párrafo, he escrito ríos de tinta sobre esta agrupación, principalmente en el periódico de papel ya extinto de nuestra ciudad. Pero eso no quita para que no me dejen de sorprender. The Royal Wind Music es un grupo con un proyecto claro de cómo hacer música de los siglos XV y XVI, historicista pero imaginativo, detallista pero con una concepción global coherente y preciosista. En la Iglesia Parroquial de Villaconejos de Trabaque dieron nuevamente todo lo que saben. El programa –con notas de la propia María Martínez Ayerza— se titulaba Pourquoy non? y giraba alrededor de los compositores franco-flamencos en las cortes e iglesias europeas.  Había obras puramente instrumentales y transcripciones de otras vocales. Una de las cosas que se aprenden en este programa es la evolución de las primeras desde patrones de las segundas, como el ricercare, que es prácticamente un motete instrumental. Junto a ello, ese increíble viaje en el tiempo donde el “hit parade” Mille Regretz de Josquin des Prez es versionado por otros músicos, o piezas de danza de una impresionante belleza como la des Pierre Phalèse, y qué decir de la austera religiosidad del organista ciego español Antonio de Cabezón.

El origen franco-flamenco del repertorio se refiere al nacimiento o a la educación de los autores seleccionados. The Royal Wind Music ofreció una escenificación siempre variada, y una búsqueda del fraseo detallado, cambiante y original. Como ejemplo, la perfecta adaptación a lo vocal del motete Da pacem Domine de Cipriano de Rore, o –en el extremo contrario— el uso de continuos efectos instrumentales en las danzas de Pierre Phalèse. Descubrimos que la flauta de pico es un instrumento casi ilimitado en manos maestras. Un órgano mágico y coordinado.

El inicio de la 52 edición de las SMR no pudo ser más innovador, tanto por el marco como por la agrupación seleccionada. El único “pero” es que a veces a los críticos despistados se nos hace muy difíciles estas aventuras. Imagínense, un conquense de pro que se sube al coche, con autoridad, sin miedo y una frase grabada a fuego: “toma el desvío en Albalate”… pasado Cañaveras me preguntaba ¿dónde estoy?

No pude escuchar la primera parte, lástima.

Deja un comentario